Recursos Lúdicos II: Meeples & Peones

Es cierto que el meeple se ha convertido en uno de los recursos más utilizados por los juegos de mesa y a día de hoy prácticamente se ha convertido en un símbolo universal de éstos, arrebatándole dicho galardón al milenario dado de 6 caras e incluso, en algunos círculos más tradicionalistas, a la pieza del caballo de ajedrez. Pero aún así, ¿es aplicable a cualquier recurso necesario para representar gente?

En el glosario de la BGG (BGG glosary) aparece la siguiente definición para meeple:

n. «Meeples» is a term that describes anthropomorphic playing pieces (image) in games, originally used to describe those used in Carcassonne. It is now more broadly used to refer to nearly any pawn or figure in a game. It is believed that the term was first used by Alison Hansel as an ad-hoc abbreviation for «my people».

En una traducción más o menos digna, quedaría más o menos así:

n. “Meeples” es un término que describe piezas antropomórficas en los juegos, originalmente utilizado para indicar aquellos en Carcassonne. Ahora se usa más abiertamente para referirse a cualquier monigote o peón. Se cree que el término fue utilizado por primera vez por Alison Hansel como una abreviación ad-hoc para “my people” (mi gente).

El diccionario de la Sociedad Británica para el Conocimiento no difiere demasiado, incluso agrega:

Fichita de forma humanoide que se utiliza en diversos juegos. Suele estar hecha de madera y presentarse en distintos colores, siendo los más famosos los meeples del Carcassone. Un meeple encuadrado en un circulo y un triángulo sirve como símbolo para la BSK. El orígen de la palabra es inglés (pronunciado mee-pol) y deriva, probablemente, de la expresión «My People» (mi gente).

En los círculos más radicales se insiste en que además deben estar fabricados en madera, pero desde que la misma franquisia creadora del meeple, Carcassonne, sacara unas versiones de éstos hechas en acrílico transparente, este fundamento perdió todo asidero.

El meeple tradicional queda genial en el Carcassonne, pero te lo imaginas «animando» el Arkham Horror

Pero ahora, restringiéndonos al tema que nos convoca, procederé a realizar un análisis del meeple como recurso de diseño; tema que se me ha venido a la cabeza porque cuando desarrollaba una de mis últimas creaciones, el Akallabêth, llegué a la decisión de prescindir de ellos para la ficha que representaría a los jugadores, producto de lo cual no ha dejado de acosarme una pregunta:

¿Es lo mismo meeple que peón?

Según mi parecer, es muy delgada la línea que divide ambos conceptos, aunque en algún momento la diferencia debió de haber sido evidente. Sin embargo el concepto de meeple ha ido evolucionando a medida que los diseñadores han ido variando su forma en función de sus propias necesidades de diseño; y es que en realidad el meeple tradicional no es útil para cualquier juego. Como ya se ha dicho, el propósito del meeple es el de representar al jugador, en forma humana, sobre un tablero, o a lo menos representar recursos humanos. El meeple, en su concepción, debió de haber nacido de la necesidad de contar con una figura sencilla y fácilmente reconocible; es más propio de los eurogames, dada su simpleza, pero sin llegar al extremo de ser remplazable por cubos, de hecho, en mi opinión, el propósito del cubo es representar cualquier otro recurso que no sea humano en un juego, o a lo más como contador en un marcador.

¿Los del «Fortuna» son meeples o peones?

Técnicamente, diría que la diferencia principal entre un meeple y un peón se define de la figura espacial básica de la cual se obtienen en el proceso de fabricación; mientras que el meeple se elabora en base a un paralelepípedo (al cual debe sus caras planas frontal y posterior), el peón nace del torneo de un cilindro.

No obstante resulta bastante más complicado aventurar el elemento diferenciador en cuanto a su implementación en un juego y otro; sin embargo me atrevería a decir que aquel motivo es la seriedad que el diseñador persigue…

No digo que el meeple sea poco serio, de hecho, pocos eurogames lo son, pero sí que es caricaturesco, es en efecto un monigote, una figura humana simplona y desfachatada y de ahí que en ciertos juegos los diseñadores prefieran utilizar otros recursos en su remplazo, o tal vez prefieran sofisticar el meeple a sus propias necesidades, y de allí la ingente cantidad de meeples y variedades que existen, habiendo incluso animales (a los cuales algunos llaman animeeples), frutas, verduras y objetos variados en formato similar (ya que el meeple, por definición, es exclusivamente humano o humanoide).

Los juegos más serios preferentemente utilizan peones o derechamente figuras. Me resulta difícil imaginar un juego de terror serio que utilice meeples, lo haría perder “ambiente”. Pero lo anterior no significa que un juego “serio” siempre deba llevar peones o figuras; también existen versiones de meeples menos caricaturescas, como por ejemplo los del «Finca«, los cuales me parecen extremadamente sobrios. Tampoco me resulta difícil imaginar el «Misterio de la Abadía» con meeples tradicionales en remplazo de las figuras de monjes, aquí estamos ante un caso de sobreproducción.

Los meeples/peones del Fortuna quedan muy bien para representar a los jugadores en juegos de terror o de investigación

Como conclusión, lo que he querido ilustrar a través de esta (un poco errática) entrada, es que el diseñador debería tener cuidado y pensar bien al momento de escoger los recursos lúdicos que utilizará para implementar sus mecánicas. Generalmente para cada tema existen sus propios “materiales”, los cuales deben ser concienzudamente escogidos a fin de que una vez dentro del conjunto aporten y no resten; la mayoría de las veces existen sustitutos para este u otro elemento y lo mismo sucede con los tableros, losetas, cartas, dados, tómbolas, pirinolas, rondeles, fichas, cubos, cuentas, cristales, bolsas. Cada componente es susceptible de ser remplazado o sifisticado, sólo es cosa de ponerle un poco de currele.     

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